Jesucristo
Amor encarnado de Dios,
Suspiro divino que nos alienta a seguir, a no desfallecer
por la tortuosa vida que nos ha tocado.
Cuantas penalidades pasaste sin ni siquiera quejarte.
Cuantos latigazos horadaron tu inmaculada piel,
Cuantas miradas de compresión diste...
Y a cambio que recibiste...
La tortura hasta morir.
La Tierra misma es tu sangre,
Que aquí dejaste y derramaste.
Detrás de ti, ya nada importa,
¿Qué ha de importarnos sufrir?
¿Qué ha de importarnos morir?
Si vivimos en ti.
El mismo cielo se apiado de nuestros Ser,
Huérfanos de amor y necesitados de misericordia..
Así estábamos, Señor si ti.
Necesitábamos un Padre, que nos acogiese y nos abrazase
Nos limpiase de temores y nos perdonase.
Un Padre a dónde acudir.
Amor encarnado de Dios y alegría de vivir.
Los Ángeles te envuelven
y nos ayudan a seguir,
Tu camino ya nos es pedregoso,
Es llano y hermoso.
La misma muerte venciste, y ¿que nos diste?
La alegría de vivir.
Gracias Padre ,gracias de corazón
Por haberme dado el pensamiento y la razón
0 comentarios: